A cuatro años de la revuelta social, más allá de las simplificaciones, conversar sobre las causas y mirar sus impactos sociales y políticos es un ejercicio que permite situar, sin atajos, las tareas del presente. Es así que nos preguntamos por la vigencia de las...
La gente volverá a congregarse en la Plaza de la Dignidad, sostuvo Carlos Ruiz, presidente de la Fundación Nodo XXI en entrevista con el espacio “Quién lo diría” de radio Infinita. Esto a raíz de la reiteración de las demandas sociales que expresó el sociólogo “volverán a aparecer”, agregó que se trata de «un estallido social sin conducción eso va a seguir funcionando”.
Asimismo, compartió el contenido su último libro “Octubre chileno, la irrupción de un nuevo pueblo”, y esbozó un análisis del contexto actual ante la pandemia del Covid19 posterior a la revuelta social.
«Lo que se impone es un cambio de escenario en el que prima la lucha por la vida, ante una pandemia, o sea ante una agresión que es básicamente desconocida por la especie humana, que está completamente fuera de control. Ahí siguen abiertas las heridas que promovieron esto, heridas o demandas que no tienen representación política, más allá de los anclajes conocidos del Sí y el No, Estado versus mercado, de izquierdas versus derechas, en eso se mete el libro; por eso habla de la idea del nuevo pueblo que es básicamente un individuo, que busca reconocimiento, es una movilización sin oradores». Apuntó además, que «las viejas organizaciones sociales también colapsan con todo lo que ocurrió».
Respecto de la salud público – privada comentó que «estamos en una situación de déficit institucional enorme, lo que tenemos no es algo parecido a un sistema de salud, no se puede llamar sistema, sino un enjambre de clínicas privadas que han recibido subsidios estatales, que son competidoras entre sí y que no pueden articular una política pública que pueda llegar al fondo de esto». Agregó que hubo “una ampliación del gasto en salud sistemático los últimos 25 años que generalmente operó por la vía de transferencias del gasto social estatal a clínicas privadas a las que se licitaba ciertas patologías, eso fue el auge y fue cambiando de nombre. Lo que hubo ahí fue un subsidio estatal a la acumulación privada, pero no una reconstrucción de la salud pública».
Al mismo tiempo, criticó la fórmula de entrega de ayudas económicas por medio de bancos. «Una cuestión que me llama mucho la atención es un Estado amputado de brazos. Por ejemplo, la incapacidad de hacer llegar directamente, vía transferencias directa, como se ha hecho en Alemania u otras partes; buena parte de los fondos que han sido aprobados, y que tengan que pasar por la banca privada para ser asignados. Y la banca privada tiene que actuar y al final es traspasada la capacidad de discriminar dónde entrega».
Ante esto expuso la debilidad en el marco del escenario actual, que manifiestan las economías familiares que viven al día a día. «Los informes de la Cepal y la OIT hablan que podría empezar a operar un cambio del carácter social de la pandemia. Ante esa situación yo creo que entramos aquí con instituciones que no dan el ancho, pero producto de un proceso anterior. Obviamente que un problema de reforma a las instituciones ante este escenario va a tener que venir».
Respecto de los procesos electorales y la discusión por el aplazamiento del Plebiscito Constituyente, Carlos Ruiz expresó que ha estado de acuerdo con aplazar estos procesos políticos electorales, porque lo que se impone es una condición de cuidado y lucha por la vida y que es de manera urgente e impostergable. Sin embargo fue enfático en señalar que “eso no quiere decir ceder ante lo que parece una ensoñación de ciertas derechas, por desdibujar los compromisos del proceso constituyente. Sí se insiste en desdibujar ese proceso constituyente se va ahondar este abismo entre política y sociedad.
Por último, respecto del actuar de la oposición y su rol durante la revuelta de octubre y ahora en el desarrollo de la pandemia; sostuvo que «también el Frente Amplio fue sorprendido por este nuevo pueblo, por este nuevo anclaje social. Todavía está pegado mirando la vieja política por el espejo retrovisor».
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